Reflexión en la Palabra de Dios
El Amor de Dios: Eterno e Inmutable
"Desde el principio de los tiempos, el amor de Dios ha sido la fuerza que sostiene la creación. Su amor no cambia con las circunstancias, ni depende de nuestras acciones o merecimientos. Como está escrito en Jeremías treinta y uno, verso tres: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Dios nos ama con un amor que trasciende el tiempo y la comprensión humana. A diferencia del amor humano, que puede fluctuar con emociones y situaciones, el amor del Altísimo es firme e inquebrantable."
"El Amor de Dios Lo vemos reflejado en la entrega de Yeshua el Mesías, quien dio su vida para que pudiéramos ser reconciliados con el Padre, como dice Romanos cinco, verso ocho. Nada puede separarnos de ese amor. Como nos asegura Romanos 8:38-39: Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa en toda la creación podrá separarnos del amor de Dios que es en el Mesías Yeshua, nuestro Señor."
"Y porque Su amor es inmutable, Él nos llama a confiar plenamente en Su cuidado. No debemos cargar solos nuestras preocupaciones, sino entregárselas a Él con fe. Como nos enseña 1-Pedro 5:7: Echad toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros. Cuando depositamos nuestras preocupaciones en Sus manos, encontramos descanso y seguridad."
"Su amor nos sostiene en los momentos de incertidumbre y nos guía con ternura. No importa qué desafíos enfrentemos, podemos confiar en que Su amor permanece para siempre. Por eso, como dice el Salmo ciento treinta y seis, verso uno: Dad gracias al Eterno, porque Él es bueno, porque para siempre es Su misericordia."
La guerra y los conflictos
"La guerra y los conflictos en Israel, como los que estamos presenciando en la actualidad, son desgarradores y profundamente inquietantes. Para aquellos que tienen una fe basada en las Escrituras, estos eventos traen a la mente promesas, advertencias y llamados a la paz y la justicia que encontramos tanto en el Tanaj (Antiguo Testamento) como en el Nuevo Testamento.Desde una perspectiva bíblica, la tierra de Israel siempre ha sido un lugar central en la historia de la humanidad y de los propósitos de Dios."
"Es un lugar sagrado, lleno de significados históricos y espirituales, pero también ha sido un lugar de intensos conflictos a lo largo de los siglos. La Biblia habla de la paz que solo Dios puede traer a esta región y al mundo, pero también reconoce que el conflicto es una parte trágica de la condición humana caída. En momentos como este, es vital reflexionar sobre varios aspectos clave desde una perspectiva bíblica: "
La oración por la paz de Jerusalén
"La oración por la paz de Jerusalén es una práctica profundamente arraigada en la tradición bíblica y en el corazón de los creyentes que buscan el bienestar del pueblo de Dios y la ciudad que es central en la historia de la redención. Este acto de intercesión se inspira principalmente en el Salmo 122:6-9, que dice: Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman. Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios. Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: La paz sea contigo. Por amor de la casa del Señor nuestro Dios buscaré tu bien. Paz física y espiritual:"
"La palabra "shalom" (paz) en hebreo no solo implica la ausencia de guerra, sino una plenitud de bienestar, seguridad y prosperidad en todos los aspectos de la vida. Reconocimiento de su importancia divina: Jerusalén es mencionada repetidamente en la Biblia como el lugar donde Dios ha puesto Su nombre (1 Reyes 11:36) y donde las naciones se reunirán en los últimos tiempos (Zacarías 14:16-17). Unidad y amor por el pueblo de Dios:"
"Esta oración refleja el amor y el apoyo a la comunidad que Dios eligió para Su propósito eterno. Padre Celestial, venimos delante de Ti para pedir por la paz de Jerusalén. Te rogamos que protejas a Tu pueblo, que guardes la ciudad santa y que Tu shalom reine dentro de sus muros. Bendice a quienes la aman y busca su bienestar. Que Tu propósito eterno se cumpla en ella, y que todas las naciones reconozcan Tu gloria. En el nombre de Yeshúa, nuestro Mesías, amén."
"Contexto en la fe mesiánica Los creyentes en Yeshúa ven a Jerusalén como la ciudad donde Él caminó, murió y resucitó, y también como el lugar donde regresará para establecer Su reino eterno (Zacarías 14:4, Apocalipsis 21:2). Por lo tanto, orar por la paz de Jerusalén también es clamar por la venida del Reino de Dios y la restauración final. Al orar por Jerusalén, participamos en el plan redentor de Dios y demostramos amor por Su pueblo y por Su promesa."
La raíz del conflicto: El pecado
"La realidad del pecado y el conflicto humano es un tema central en la narrativa bíblica y una verdad que impacta profundamente nuestra experiencia diaria en el mundo. Desde los primeros capítulos de la Biblia, en Génesis 3, vemos que el pecado entra en el mundo a través de la desobediencia de Adán y Eva, rompiendo la perfecta armonía que existía entre Dios, los seres humanos y la creación. Este acto de desobediencia no solo separa al hombre de Dios, sino que también introduce el conflicto, el sufrimiento y la muerte en el mundo. Desde entonces, la historia humana ha sido marcada por las consecuencias del pecado, incluyendo las guerras, el odio y la injusticia."
"En términos de conflicto humano, la Biblia enseña que el pecado es la raíz de todas las formas de violencia y guerra. Santiago 4:1-2 plantea la pregunta: "¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís." Este pasaje muestra que el origen de los conflictos entre los seres humanos está en las pasiones desordenadas, los deseos egoístas, la envidia y la codicia. El pecado nos lleva a poner nuestros propios intereses por encima de los demás y, en última instancia, nos separa de la comunión con Dios y con los otros."
El valor de la vida humana y La promesa de paz futura
"Cada vida humana tiene un valor infinito ante los ojos de Dios. El mandamiento "No matarás" (Éxodo 20:13) nos recuerda el valor de la vida y la responsabilidad de preservarla. El sufrimiento de los inocentes en cualquier conflicto es desgarrador, y como creyentes, debemos recordar que toda vida es sagrada y que Dios es un Dios de justicia. El profeta Isaías nos ofrece una visión de un futuro en el que las guerras cesarán y reinará la paz: "Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra" (Isaías 2:4). Esta promesa apunta a un tiempo en el que el Mesías reinará en justicia y traerá la paz verdadera, una paz que el mundo no puede dar."
La responsabilidad del creyente
"En medio del caos y la incertidumbre, los creyentes están llamados a ser agentes de paz y reconciliación. Yeshúa dijo en Mateo 5:9: "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios." Nuestro papel es orar, buscar la justicia, mostrar compasión por los que sufren y ser luces de esperanza en un mundo lleno de oscuridad."
El retorno del Mesías
"Los conflictos en Israel muchas veces despiertan en los creyentes una reflexión sobre los tiempos finales y el retorno de Yeshúa HaMashíaj. El Nuevo Testamento enseña que estos conflictos son parte de un patrón más amplio que se cumplirá antes del regreso de Yeshúa, cuando traerá justicia y paz verdadera a toda la tierra (Mateo 24, Apocalipsis 19). Sin embargo, mientras esperamos ese día, debemos ser fieles en nuestras oraciones y acciones, recordando que solo Dios puede traer la paz duradera."
La solución: La redención en Yeshúa el Mesias
"La buena noticia del evangelio es que Dios no nos ha dejado atrapados en el poder del pecado y el conflicto. A través de Yeshúa , el Mesías, Dios ha provisto un camino para la reconciliación y la paz verdadera. Romanos 5:1 dice: "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo." Esta paz con Dios es el primer paso para la sanidad de todas las relaciones quebradas. Yeshúa no solo ofrece paz con Dios, sino que también nos da el poder para ser pacificadores en un mundo lleno de conflicto. Mateo 5:9 nos dice: "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios." A través de la obra del Espíritu Santo en nosotros, podemos ser transformados y capacitados para vivir de una manera que promueva la paz, la justicia y el amor en lugar del conflicto, la violencia y el odio."
La esperanza futura: El reino de paz
"La Biblia también nos da la esperanza de un futuro donde todo conflicto y pecado serán eliminados. En Apocalipsis 21:4, leemos: "Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron." Este es el destino final del pueblo de Dios, un reino donde la paz perfecta reinará y el pecado y el conflicto serán erradicados para siempre. Hasta que llegue ese día, los creyentes son llamados a ser testigos del amor de Dios, a vivir como embajadores de la paz y a proclamar la esperanza del evangelio en un mundo lleno de conflicto. Sabemos que, aunque el pecado y el conflicto son realidades presentes, la obra de Dios se cumple en Yeshua el Mesías"
La Obra de la Redención en la Cruz
"Uno de los aspectos más fundamentales en los que se cumple la obra de Dios es en la cruz. En Juan 19:30, cuando Yeshúa está a punto de morir, pronuncia las palabras: "Consumado es." Este momento marca el cumplimiento total de la obra redentora de Dios, porque en la cruz, Yeshúa paga el precio completo por los pecados de la humanidad. Dios había establecido desde tiempos antiguos que sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados (Levítico 17:11, Hebreos 9:22)."
"En el sistema sacrificial del antiguo pacto, los sacrificios de animales eran solo una sombra del sacrificio perfecto que vendría. Yeshúa es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29), ofreciendo su vida como el sacrificio perfecto de una vez para siempre. En Yeshúa, se cumplen las expectativas del pacto. Él establece el nuevo pacto profetizado en Jeremías 31:31-34, donde Dios promete escribir Su ley en los corazones de las personas y ofrecer perdón completo. Este nuevo pacto es ratificado por la sangre de Yeshúa, trayendo redención y reconciliación entre Dios y la humanidad."
La Resurrección y el Cumplimiento de la Victoria de Dios
"La resurrección de Yeshúa es el evento decisivo que confirma que la obra de Dios ha sido cumplida en Su totalidad. En Romanos 1:4, se declara que Yeshúa fue "declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos." La resurrección no solo es la victoria sobre la muerte y el pecado, sino que también es la garantía de la nueva vida eterna que Dios ofrece a todos los que creen en Él. La resurrección es la culminación del plan redentor de Dios y el comienzo de una nueva era en la que aquellos que confían en Yeshúa son nuevas criaturas (2 Corintios 5:17) y participan de la victoria sobre la muerte, el pecado y el poder de Satanás."
La Promesa de Su Retorno y el Cumplimiento Final
"Aunque la obra redentora de Yeshúa fue completa en la cruz y confirmada en Su resurrección, la obra de Dios tiene un cumplimiento final en el retorno del Mesías. Las Escrituras enseñan que Yeshúa volverá para restaurar todas las cosas y establecer el reino definitivo de Dios en la tierra. En Hechos 3:21, Pedro habla del retorno de Yeshúa como el momento en el que se cumplirá la restauración completa de todas las cosas, tal como fue profetizado. El Apocalipsis 21:1-4 nos ofrece una visión del fin de los tiempos, Un cielo nuevo y una tierra nueva, y toda lágrima será enjugada, y no habrá más muerte, ni clamor, ni dolor. Este es el cumplimiento final de la obra de Dios, y Yeshúa es el centro de esa restauración."
Conclusión: Todo Se Cumple en Yeshúa
"La obra de Dios, desde la creación del mundo hasta la redención de la humanidad, se cumple de manera perfecta y completa en Yeshúa el Mesías. Desde las promesas y profecías del Tanaj hasta la redención en la cruz y la victoria de la resurrección, todo el plan de Dios se centra en la persona de Yeshúa. Él es el cumplimiento de la Ley y los Profetas, el Redentor que pagó por nuestros pecados, el Rey Resucitado que venció a la muerte, y el Mesías que volverá para completar la restauración del mundo."
"En Yeshúa, vemos el amor, la justicia y la fidelidad de Dios manifestados plenamente. Hebreos 1:3 nos dice que Yeshúa es el "resplandor de la gloria de Dios y la imagen misma de Su sustancia", lo que significa que todo lo que Dios ha revelado acerca de Sí mismo se ve claramente en la obra y persona de Yeshúa. Por lo tanto, la obra de Dios no solo se cumple en Yeshúa, sino que también se extiende a todos aquellos que lo aceptan como Señor y Salvador, ofreciéndoles vida eterna y la esperanza de un futuro en Su reino perfecto."La Naturaleza de los Milagros de Yeshua el Mesías
Desde los antiguos tiempos profetizados en las Escrituras del Tanaj, el pueblo de Israel esperaba la manifestación del Ungido de Dios: el Mesías. Cuando Yeshua de Nazaret apareció en Galilea, no lo hizo como un rey terrenal ni como un guerrero conquistador, sino como un siervo lleno de compasión, poder y verdad. Sus milagros fueron señales vivas del cumplimiento profético y del amor del Creador por Su pueblo.
Señales del Reino de Dios
Cada milagro de Yeshua era más que un simple acto sobrenatural; era una manifestación del Reino de los Cielos tocando la tierra. Cuando sanaba a un ciego, resucitaba a un muerto, multiplicaba el pan o calmaba la tormenta, estaba demostrando que el Dios de Israel estaba actuando entre Su pueblo.
“Si por el Espíritu de Dios expulso los demonios, ciertamente el Reino de Dios ha llegado a vosotros.” (Mateo 12:28)
Los milagros de Yeshua eran señales del amanecer de una nueva era: la restauración de todas las cosas anunciada por los profetas.
Cumplimiento de la Profecía Mesiánica
El profeta Isaías, siglos antes, había proclamado cómo sería el tiempo del Mesías:
“Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se destaparán. Entonces el cojo saltará como un ciervo…” (Isaías 35:5-6)
Yeshua cumplió estas palabras con exactitud. Cuando Juan el Bautista, desde la prisión, preguntó si Él era el esperado, Yeshua respondió:
“Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la buena noticia.” (Lucas 7:22)
Milagros Movidos por la Compasión
Una característica que marcó todos los milagros de Yeshua fue su profunda compasión. No realizaba prodigios para impresionar a las multitudes, sino porque amaba a las personas. Sanaba a los marginados, tocaba a los intocables (como los leprosos) y restauraba la dignidad de los olvidados.
“Y al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.” (Mateo 9:36)
Autoridad sobre Toda la Creación
Los milagros también revelaban que Yeshua tenía autoridad divina. No solo sanaba cuerpos, sino que perdonaba pecados (Marcos 2:5-12), expulsaba demonios (Lucas 4:33-36), dominaba las fuerzas de la naturaleza (Marcos 4:39) y vencía incluso a la muerte (Juan 11:43-44).
En estos actos se manifestaba no solo el profeta, sino el Hijo del Dios Viviente, aquel de quien habló Daniel:
“He aquí con las nubes del cielo venía uno como hijo de hombre... y le fue dado dominio, gloria y reino...” (Daniel 7:13-14)
Anticipo de la Redención Futura
Los milagros de Yeshua no fueron solo intervenciones momentáneas. Fueron anticipo de la redención completa que Él trajo y traerá en plenitud en su regreso. En el Reino venidero no habrá llanto, dolor ni muerte. Lo que hizo en parte durante su primera venida, lo hará en totalidad cuando regrese como Rey.
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos... ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor...” (Apocalipsis 21:4)
Conclusión: Milagros que Llaman a la Fe
Los milagros de Yeshua el Mesías fueron, y siguen siendo, llamados a la fe viva. No son leyendas antiguas ni simples enseñanzas simbólicas, sino hechos reales que testifican que Él es el Ungido de Dios, el Salvador prometido desde el principio.
“Estas cosas se han escrito para que creáis que Yeshua es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” (Juan 20:31)
Hoy, sus milagros siguen vivos en la transformación de millones de vidas. Él sigue sanando corazones, restaurando familias y ofreciendo vida eterna a todo aquel que cree.
La Importancia de la Revelación por el Espíritu
"La Biblia misma enseña que la verdadera comprensión de la Palabra de Dios proviene del Espíritu Santo, quien guía a los creyentes a toda verdad. Yeshua prometió que el Espíritu nos enseñaría y recordaría todas las cosas que Él nos ha dicho (Juan 14:26). Esto implica que la revelación y el entendimiento de las Escrituras son, en última instancia, obra de Dios en el corazón de cada creyente que busca sinceramente Su guía. La sabiduría y revelación espiritual no son alcanzables solo a través de la razón humana o el conocimiento intelectual. Pablo, en 1 Corintios 2:10-14, enfatiza que solo el Espíritu de Dios puede revelar las profundidades de Su sabiduría. Él menciona: Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios... Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente (1 Corintios 2:10, 14). Este pasaje subraya la importancia de depender del Espíritu para interpretar y aplicar la Palabra de Dios en nuestras vidas. Es el Espíritu quien da vida a las palabras de las Escrituras y permite que estas cobren sentido en el contexto de nuestras experiencias y necesidades espirituales."
La Palabra de Dios como Fuente Principal
"Como mencionas, repetir la Palabra y destacarla es fundamental. Las Escrituras mismas son "inspiradas por Dios" (2 Timoteo 3:16) y son suficientes para instruirnos en justicia, corregirnos y ayudarnos a vivir en el camino de Dios. Yeshua mismo resistió las tentaciones de Satanás citando la Escritura (Mateo 4:1-11), mostrando el poder de la Palabra cuando es usada con fe y convicción. La Biblia es, por tanto, una guía viva y eficaz, y memorizarla, recitarla y meditar en ella son prácticas valiosas. Hebreos 4:12 lo describe así Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón."
El Papel de la Teología y el Estudio
"Es verdad que en muchos debates bíblicos se menciona a teólogos o estudiosos, y eso puede a veces desplazar la sencillez de depender del Espíritu. Sin embargo, el estudio bíblico y el conocimiento teológico pueden tener un valor si se utilizan con humildad y bajo la guía del Espíritu. Un verdadero estudioso de la Biblia debe ser consciente de que el entendimiento viene primero de Dios, y que su misión es ayudar a iluminar la Palabra sin imponer interpretaciones humanas. No obstante, como bien mencionas, nuestra confianza debe estar en la revelación directa del Espíritu Santo y no en la sabiduría humana. El verdadero entendimiento de las Escrituras es personal, directo y siempre está disponible para cada creyente que busque a Dios con un corazón abierto. la revelación mediante el Espíritu de Dios y en la repetición de la Palabra es muy sabio y refleja una fe genuina. La Biblia es la fuente principal, y el Espíritu es nuestro maestro. Al repetir y meditar en las Escrituras, nos abrimos a la guía del Espíritu Santo, quien revela la verdad divina de manera viva y poderosa. Así, más que confiar en explicaciones humanas, debemos enfocarnos en lo que Dios mismo nos revela y nos enseña a través de Su Palabra viva."
Sin santidad, nadie verá al Señor
"Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." — Hebreos 12:14
Examínate… ¿estás caminando en santidad delante de El Eterno?
Introducción
¿El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo?
"Muchos han sido adoctrinado con la doctrina de la Trinidad, que enseña que Dios está dividido en tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta idea fue desarrollada siglos después de los apóstoles, especialmente en el Concilio de Nicea en el año 325 y el de Constantinopla en el año 381. Sin embargo, esta doctrina no se encuentra en el Tanaj ni en el Nuevo Testamento original."
"La Escritura es clara: Dios es Uno. Como dice el Shema, “Adonai nuestro Dios, Adonai uno es”, en (Deuteronomio 6:4). El Padre es el único Dios eterno, invisible, que nadie ha visto jamás, como enseña (1Timoteo 6:16). Pero desde el principio, Dios se manifestó a través de su Hijo, quien es su imagen visible, como dice (Colosenses 1:15). Fue el Hijo quien dio a conocer al Padre, según (Juan 1:18), y por medio de Él fueron creadas todas las cosas, como dice (Juan 1:3)."
"No es otro dios, ni una parte de Dios, sino su Palabra viva, su expresión visible. Cuando Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, hablaba con su Palabra, con su Hijo. Nosotros fuimos creados conforme a la imagen del Hijo, quien es la imagen del Padre. El Hijo es quien vino en carne como Yeshua el Mesías. No fue el Padre quien murió en la cruz, sino el Hijo, el siervo obediente. Yeshua dijo claramente: “Yo no he venido por mi propia cuenta, el Padre me envió, yo hablo lo que Él me enseñó".
"En el huerto, Yeshua no oró a otro igual a Él, sino al único que lo podía librar: el Padre. Como dice (Hebreos 5:7), “con gran clamor y lágrimas, ofreció ruegos al que lo podía librar de la muerte”. Y fue obediente hasta la muerte, no por ser otro Dios, sino el Hijo que cumple la voluntad del Padre. Si fueran dos Dioses, no habría necesidad de súplica. Pero Yeshua, siendo Hijo, aprendió obediencia, (Hebreos 5:8). Por eso Dios lo exaltó, (Filipenses 2:9)."
"En cuanto al Espíritu Santo, no es una tercera persona divina separada. Es el mismo Espíritu del Eterno. David dijo en el (Salmo 51:11): No quites de mí tu Espíritu Santo. Sansón clamaba por ese mismo Espíritu. (Isaías 63:10) habla del Espíritu de Dios entristecido. En (Juan 14:26), Yeshua dice que el Padre enviará el Consolador. No es otro ser, es el mismo Dios obrando en su Espíritu. Como David escribió en el (Salmo 139:7): ¿Adónde huiré de tu Espíritu?".
"El Espíritu Santo no actúa por su cuenta. Es el poder, la santidad, la vida activa de Dios mismo habitando en nosotros. No se gobierna solo ni es otro Dios. Por eso, no hay tres dioses. Hay un solo Dios que se ha manifestado en su Hijo y que actúa por su Espíritu. El Hijo es la imagen, el mensajero, el redentor. El Espíritu es el poder del Eterno en acción. Y el Padre es la fuente de todo, el que será “todo en todos” cuando el Hijo entregue el Reino cumplido, (1Corintios 15:28). Esta es la unidad verdadera de Dios según las Escrituras: un solo Elohim y un solo propósito eterno revelado en Yeshua el Mesías."
¿El ser humano ha intentado ponerle un nombre a Dios?
"A lo largo de los siglos, el ser humano ha intentado ponerle un nombre a Dios. Algunos lo llaman Jehová, otros Yahweh, otros usan títulos como El Shaddai, Elohim, Adonai, o Hashem, que simplemente significa “el Nombre”. Pero lo cierto es que el Eterno no reveló su nombre como un sonido para ser repetido, sino como una identidad divina que va más allá de las letras. (Éxodo 3:14), cuando Moisés habló con Dios en la zarza ardiente, le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”, y la respuesta fue: “Ehyeh Asher Ehyeh”, que significa “Yo soy el que soy” o “Seré el que seré”. No le dio un nombre como los humanos lo entienden, sino una declaración de existencia eterna."
" Moisés, aunque habló con Dios “cara a cara”, no recibió una palabra exacta para llamar a Dios por un nombre personal, sino que simplemente lo identificó como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. El llamado “nombre Jehová” surgió mucho más tarde, cuando los escribas medievales tomaron las cuatro letras del Tetragrámaton (Yod Hei Vav Hei) y le insertaron las vocales de Adonai, como una guía para no pronunciar el nombre real. El resultado fue el nombre híbrido “Jehová”, que nunca existió en la época bíblica."
"Yahweh es un intento más cercano, pero sigue siendo una reconstrucción humana. Incluso los sabios judíos nunca se atrevieron a vocalizar el Nombre sagrado, por eso en la lectura pública decían Adonai, o simplemente HaShem. Pero la revelación verdadera del carácter de Dios no vino a través de Moisés, ni por los profetas, sino por su Hijo. (Juan 1:18): “A Dios nadie lo ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer."
"Yeshua no vino a enseñar cómo pronunciar el Nombre divino, vino a revelar quién es Él: El Padre. Por eso, cuando enseñó a orar, no dijo “Jehová nuestro” ni “Yahweh nuestro”. Dijo: “Padre nuestro que estás en los cielos.” Esa fue la revelación más poderosa: que el Dios eterno no es solo un Creador le jano, sino un Padre cercano."
"Isaías 9:6, El Mesías es llamado “Padre eterno”, mostrando que en Yeshua se manifiesta ese mismo carácter del Eterno. Él no vino a corregir un nombre, sino a acercarnos al corazón del Dios viviente. Como Él mismo dijo: “El Padre me envió.” Yo hago lo que el Padre me enseñó.” El Padre y yo uno somos.” Y como dijo también: “Nadie viene al Padre sino por mí.” Su propósito fue reconciliarnos con el Padre, no entregarnos una fórmula mística. Nos dio acceso, relación, y vida eterna en comunión con el Dios que antes era inaccesible."
"Por tanto, el verdadero nombre que debemos conocer no es una pronunciación exacta, sino una relación viva: Padre. Yeshua vino a revelarlo. Él es quien nos abrió el camino. Dios sigue siendo el mismo Eterno, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, pero ahora podemos acercarnos a Él con confianza, llamándolo Padre, porque el Hijo nos lo ha dado a conocer."
El significado y la importancia del nombre Yeshúa
"El nombre Yeshúa, que es la forma original del nombre que se traduce comúnmente como "Jesús", significa "El Eterno salva" o "Salvación del Eterno". Esta misma raíz se encuentra en el nombre "Josué" (Yehoshúa), lo que muestra que ambos nombres comparten el mismo significado profundo: la salvación proviene del Eterno."
"Cuando Moisés cambió el nombre de Oseas (Hoshea) a Josué (Yehoshúa), lo hizo para reflejar su misión y el papel que tendría en la historia del pueblo de Israel. Josué, cuyo nombre significa "El Eterno es salvación", fue quien lideró al pueblo de Israel a la Tierra Prometida, prefigurando la obra de salvación que Yeshúa (el Mesías) realizaría para toda la humanidad.
"Por otro lado, el nombre "Jesús" no conserva ese significado en su transliteración al griego y posteriormente al latín, perdiendo la conexión directa con "El Eterno salva". Esta es una de las razones por las que preferimos usar "Yeshúa", para mantener el sentido original y recordar que su misión y su identidad están ligadas a la salvación que proviene del Eterno."
"Así, al referirnos a él como Yeshúa, no solo honramos su verdadero nombre, sino que también resaltamos su papel como el Salvador enviado por el Eterno, tal como fue reconocido por sus discípulos y seguidores desde el principio."
Atrocidades cometidas en el nombre de Jesus
"A lo largo de la historia, se han cometido numerosas atrocidades en el nombre de Jesucristo, lo cual es un tema profundamente doloroso y contradictorio, dado que los principios fundamentales de la enseñanza de Jesús en los Evangelios están basados en el amor, la paz y el perdón. Es importante destacar que estas acciones fueron llevadas a cabo por personas o instituciones que, en muchos casos, tergiversaron o malinterpretaron los mensajes del Nuevo Testamento para justificar sus propios intereses o agendas políticas. A continuación, algunos ejemplos clave:"
Las Cruzadas 1096-1291
"Las cruzadas fueron una serie de campañas militares impulsadas por la Iglesia Católica entre 1096 y 1291, con el objetivo declarado de recuperar Jerusalén y otros lugares sagrados que estaban bajo control musulmán. Las cruzadas se justificaron como una guerra santa para defender la cristiandad y liberar a los peregrinos cristianos que deseaban visitar los lugares santos. Sin embargo, estas campañas estuvieron marcadas por una gran violencia, saqueos y masacres contra no solo musulmanes, sino también judíos y los seguidores de Yeshúa que vivían en Oriente Medio y no seguían las normas impuestas por la Iglesia Católica.."
"El resultado de las cruzadas fue complejo. Aunque lograron establecer algunos estados cruzados en Oriente Medio, la mayoría de estos territorios fueron eventualmente reconquistados por fuerzas musulmanas. Además, las cruzadas dejaron un legado de desconfianza y hostilidad entre cristianos y musulmanes, así como un impacto duradero en la historia de Europa y el Medio Oriente. Incluir esta información en la página ayudará a contextualizar por qué prefiero el nombre "Yeshúa" y destacar las diferencias entre el verdadero mensaje de paz y amor que Yeshúa enseñó y los actos violentos cometidos en el nombre de "Jesús" a lo largo de la historia."
La Inquisición siglos XII-XIX
"La Inquisición fue una institución creada por la Iglesia Católica en el siglo XII, con el objetivo de perseguir y castigar la herejía y cualquier desviación de la doctrina oficial de la Iglesia. Aunque existió en varios países, la Inquisición Española, establecida en 1478, fue especialmente notoria por su severidad y alcance. La Inquisición Española fue responsable de innumerables juicios injustos, torturas y ejecuciones, dirigidas no solo contra judíos y musulmanes, sino también contra seguidores de Yeshúa que no se ajustaban a las doctrinas oficiales de la Iglesia Católica. Esta institución dejó un profundo legado de miedo y sufrimiento, distorsionando el verdadero mensaje de amor y paz que Yeshúa enseñó."
Colonización y Conquista
"Durante la era de la colonización, desde el siglo XV en adelante, varias potencias europeas, como España, Portugal, Francia e Inglaterra, emprendieron extensas campañas de conquista y colonización en América, África y otras regiones del mundo. En muchos casos, estas acciones se llevaron a cabo bajo el pretexto de difundir el cristianismo y civilizar a las poblaciones locales."
"España: En América, la conquista española estuvo marcada por la imposición del catolicismo, la destrucción de culturas indígenas y la explotación de los pueblos nativos. La evangelización fue utilizada como una herramienta de control, y muchas veces se cometieron abusos y atrocidades en nombre de la fe."
"Portugal: En África y Brasil, Portugal también llevó a cabo una intensa colonización, propagando el catolicismo y participando activamente en el comercio de esclavos africanos, justificando estas acciones como parte de su misión religiosa."
"Francia e Inglaterra: Estos países también participaron en la colonización de África, América y Asia, imponiendo el cristianismo y explotando a las poblaciones locales. Aunque Inglaterra adoptó el protestantismo, también utilizó la religión como justificación para la colonización y la esclavitud."
El Papel de la Iglesia Católica
"La Iglesia Católica jugó un papel central en la colonización, apoyando y legitimando las acciones de las potencias coloniales. Mediante bulas papales, como la Inter Caetera de 1493, la Iglesia concedió a España y Portugal el derecho a conquistar tierras y pueblos no cristianos, justificando la evangelización y la dominación de los pueblos indígenas. Las órdenes religiosas, como los franciscanos, dominicos y jesuitas, tuvieron un rol activo en la conversión forzada de las poblaciones locales, la destrucción de sus creencias tradicionales y la imposición de la cultura europea. Esta colaboración entre la Iglesia y los estados coloniales contribuyó a la justificación de la opresión y la explotación de millones de personas en nombre de la fe."
En todos estos casos, la religión fue usada como un instrumento de poder y control, resultando en la opresión, explotación y esclavización de millones de personas.
Guerra de los Treinta Años 1618-1648
"La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) fue un conflicto que devastó Europa Central, especialmente el Sacro Imperio Romano Germánico. Este conflicto tuvo raíces tanto religiosas como políticas, enfrentando principalmente a católicos y protestantes. La guerra comenzó como un conflicto religioso entre los estados católicos del Sacro Imperio y los principados protestantes, pero con el tiempo se convirtió en un conflicto político más amplio, involucrando a varias potencias europeas como Francia, Suecia y España. El conflicto causó enormes destrucciones, pérdida de vidas y devastación económica en gran parte de Europa Central. La Paz de Westfalia en 1648 puso fin a la guerra, redefiniendo las fronteras y estableciendo principios importantes sobre la soberanía de los estados y la tolerancia religiosa."
"Se estima que la Guerra de los Treinta Años causó la muerte de aproximadamente 8 millones de personas, incluyendo soldados y civiles. La devastación fue particularmente severa en los territorios del Sacro Imperio Romano Germánico, donde muchas regiones perdieron una gran parte de su población debido a los combates, el hambre y las enfermedades. Fue uno de los conflictos más destructivos en la historia europea antes de las guerras mundiales del siglo XX."
El Antisemitismo Cristiano a Través de la Historia:
"El Antisemitismo Cristiano a Través de la Historia: De los Primeros Siglos al Holocausto Desde los primeros siglos después de la muerte y resurrección de Yeshua el Mesías, el cristianismo empezó a distanciarse de sus raíces hebreas. Esta desconexión no solo alteró la comprensión original del Evangelio, sino que también dio lugar a una serie de actitudes y acciones contra el pueblo Judío que han dejado una marca dolorosa en la historia de la humanidad."
"El Inicio del Rechazo al pueblo Judio. En el siglo II, algunos de los llamados Padres de la Iglesia comenzaron a escribir en contra de los judíos. Justino Mártir (100-165 d.C.) enseñó que la Iglesia había reemplazado a Israel como el pueblo escogido de Dios. Ireneo de Lyon y Tertuliano también promovieron ideas similares, conocidas como "teología del reemplazo". Esta doctrina afirmaba que Dios había rechazado a los judíos por no aceptar a Yeshua y que ahora la Iglesia era la nueva Israel. Juan Crisóstomo (349-407 d.C.), arzobispo de Constantinopla, escribió ocho homilías extremadamente agresivas contra los judíos, llamándolos "asesinos de Cristo". Sus discursos inflamaron el odio y contribuyeron a la violencia contra las comunidades judías en el Imperio Romano."
"Edad Media: Guetos, Expulsiones y la Inquisición. Durante la Edad Media, la situación se volvió aún más oscura. En muchos lugares de Europa, los judíos fueron obligados a vivir en guetos, se les prohibió ocupar ciertos oficios y fueron blanco de acusaciones falsas, como la de profanar hostias o practicar rituales oscuros. Las Cruzadas (siglos XI al XIII) marcaron un punto crítico. Mientras los cruzados marchaban hacia Tierra Santa, muchos masacraron comunidades judías enteras en el camino, especialmente en Alemania y Francia, creyendo que estaban limpiando la cristiandad de "enemigos de Dios".
"La Inquisición, especialmente en España, forzó a miles de judíos a convertirse al cristianismo bajo amenaza de muerte. Aquellos que se convertían, los "conversos", eran vigilados y a menudo torturados si se sospechaba que seguían practicando el judaísmo en secreto. En 1492, bajo los Reyes Católicos, se decretó la expulsión de todos los judíos de España. Muchos huyeron, otros se convirtieron por presión, y otros más fueron perseguidos por la Inquisición."
"Un Cambio de Corazón: El Regreso a las Raíces Hebreas** A partir del siglo XX, muchos cristianos comenzaron a reconocer estos errores históricos. Líderes católicos como el Papa Juan Pablo II y movimientos evangélicos y mesiánicos han pedido perdón públicamente al pueblo judío. Hoy día, muchos creyentes están volviendo a estudiar la Biblia desde su contexto hebreo, reconociendo que el Evangelio está profundamente enraizado en el Tanaj (Antiguo Testamento), y que el llamado del Mesías es a unir, no a dividir."
"El movimiento de creyentes en Yeshua que honran las raíces judías está creciendo, trayendo reconciliación entre las dos casas: Judá y Efraín. Conclusión. El antisemitismo cristiano no fue simplemente un error histórico; fue una traición al mismo corazón del mensaje de Yeshua. Pero la historia aún se está escribiendo. Hoy, hay una oportunidad para sanar, restaurar y caminar en unidad, como un solo pueblo bajo el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, guiados por el Mesías de Israel."
Martín Lutero y el Antisemitismo
"Martín Lutero y el Antisemitismo: Las Palabras que Encendieron el Odio. Martín Lutero es conocido como el gran reformador del siglo XVI, el hombre que desafió a Roma y dio origen al protestantismo. Sin embargo, hay un lado oscuro de su legado que muchos desconocen o prefieren ignorar: su virulento antisemitismo. En el año 1543, Lutero escribió un tratado titulado Sobre los judíos y sus mentiras. Lo que comenzó como una decepción por la negativa de los judíos a aceptar su versión del Evangelio, terminó en un texto lleno de odio, que siglos más tarde serviría como base ideológica para el antisemitismo alemán moderno."
"En ese tratado, Lutero escribió lo siguiente. Sus sinagogas o escuelas deben ser quemadas. Sus casas destruidas y arrasadas. Sus libros de oración y el Talmud deben ser quitados. Se les debe prohibir enseñar bajo pena de muerte. Debemos guiarlos como cerdos rabiosos. Lutero no solo expresó desprecio por los judíos como grupo religioso, sino que también propuso medidas políticas para marginarlos, privarlos de derechos y expulsarlos. Estas ideas, aunque no se aplicaron inmediatamente en su tiempo, quedaron sembradas en la cultura alemana** y en la teología de muchas iglesias luteranas."
"Durante el siglo XX, cuando Adolf Hitler y el partido nazi buscaban apoyo cultural y religioso para su ideología antisemita, citaban directamente a Lutero. Su obra fue reimpresa y difundida por los nazis como respaldo moral para justificar la exclusión, deportación y finalmente el exterminio de seis millones de judíos durante el Holocausto. La influencia de Lutero fue tan profunda que incluso en Wittenberg —la ciudad donde predicaba—, había una escultura en una iglesia que mostraba a judíos en actitud de burla, debajo de una cerda (la “Judensau”). Esa imagen estuvo ahí por siglos como reflejo del desprecio religioso heredado."
"Es importante aclarar: el problema no fue el Evangelio , sino la deformación del mensaje por parte de líderes que no actuaron conforme al espíritu del Mesías. Yeshua enseñó amor al prójimo, incluso a los enemigos. Él mismo dijo desde la cruz: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Hoy, muchas iglesias luteranas han reconocido públicamente este pasado oscuro y han pedido perdón por las palabras de Lutero y por su silencio durante el Holocausto."
"Es un paso hacia la sanidad, pero también un llamado a la vigilancia espiritual. No podemos permitir que el nombre del Mesías judío sea usado jamás para justificar odio contra su propio pueblo. La restauración viene cuando reconocemos la verdad, nos arrepentimos y volvemos a las raíces puras del Evangelio: amar a Dios y amar al prójimo, como vivió Yeshua."